Entre Ríos está cerca de una nueva ley de fitosanitarios. La misma pareciera llegar a su fin luego de años de discusiones y armado del proyecto.

Este miércoles por la noche, el Senado alcanzó la cantidad de votos necesarios para aprobar el proyecto, pero introdujo modificaciones. El proyecto vuelve a Diputados y se espera que se trate este jueves.

La nueva regulación establece espacios de exclusión que llegan hasta los 150 metros en las aplicaciones terrestres.

Ley de fitosanitarios

El texto de la ley contempla áreas sensibles en las que haya asentamiento de personas. En estas zonas, se permite la aplicación de productos a un límite de 10 metros del límite del área sensible con asentamiento de personas. Esta restricción rige para aplicaciones con equipos de accionamiento manual o vehículos aéreos no tripulados con capacidad de hasta 60 litros.

En el caso de aplicaciones terrestres, se considera zona de exclusión desde el límite del área sensible con asentamiento de personas hasta un radio de 100 metros inclusive. En el caso de la aeroaplicación, ese radio se extiende hasta los 200 metros. En zonas sensibles sin presencia de personas, los límites se reducen a la mitad.

En el caso de escuelas rurales, los límites para drones y aplicaciones manual se corren a 15 metros. Para las aplicaciones terrestres a 150 metros, mientras que las aplicaciones aéreas a 500 metros.

El proyecto de ley se aprobó con 15 votos a favor y dos en contra. La discusión fueron los límites de las zonas de exclusión; ahora, el proyecto vuelve a Diputados.

Tras la aprobación, el senador por Gualeguay, Casiano Otaegui, destacó la labor de las comisiones y trabajo conjunto: “Este compromiso y esa predisposición permitió un proceso bien amplio”. Además, explicó que el texto viene a reemplazar una ley que tiene más de 40 años. “En estos 40 años hubo muchos avances tecnológicos y la producción agrícola de nuestra provincia”, sostuvo.

Por otra parte, el senador Hernán Méndez por el departamento Islas, remarcó que esta ley procura cuidar la salud, el ambiente y la producción agropecuaria, en un equilibrio que asegura la calidad de los alimentos. “Tenemos casos agudos de enfermedades, pero del seguimiento y su potencial cronicidad, no hay registros. Hay instituciones que han trabajado mucho y muy bien, pero falta aceitar otras cosas. Los productores tienen cada uno su trazabilidad desde el momento en que es adquirido, desde que se compra, desde que se realiza la indicación, quién lo transporta, quién lo carga, quién lo aplica, y hasta cuándo y cómo debe ser descartado el recipiente hasta su disposición final”.